domingo, 20 de agosto de 2017

La piedad como forma de ingreso

En la actualidad, el medio de transporte más usado en Bogotá es el  transmilenio, utilizado por  más de 3 millones de personas al día para ir de un lugar a otro. De igual forma, en los articulados se incrementa la frecuencia con la que se suben personas que venden o piden limosna; muchos de ellos son parte de la población desempleada del país. El auge de la economía informal en los últimos años y la crisis actual en el país vecino hacen que el sistema se convierta el lugar ideal para la venta ambulante, desde mentas, chicles, dulces, maní, galletas hasta limas de uñas, agujas e hilos; cantantes de todos los géneros y personas con alguna discapacidad o niños de brazos. El  discurso y lenguaje utilizado para ofrecer un producto o pedir ayuda es específico, muchos de ellos comparten características, formas de vestir y léxico relacionado a la religión. A pesar de la incomodidad que generan a algunos usuarios, logran transmitir emociones y consiguen que otros les compren el producto o den dinero por compasión.  Quienes conforman este grupo, a partir de la falacia de apelación a la piedad “ ad misericordiam” logran con su discurso conmover al público para obtener recursos económicos, por eso el uso de esta falacia  en vendedores ambulantes de  transmilenio es consecuente a la necesidad de un sustento económico que se produce por medio de la persuasión al público.



La falacia de apelación a la piedad o apelación a la misericordia “consiste en un tipo particular de emociones que se ponen argumentalmente en juego: la piedad y el altruismo.” Esta se da porque quien la genera “está o estaría, si no se le cree, en una situación lastimosa” es decir quieren provocar compasión para perturbar las emociones de los demás. Su discurso se enfoca en un lenguaje con base en sus agobios y aflicciones.  “Existen muchas formas de conmover. Aunque muchas veces es exitosa, la apelación a la misericordia es una falacia obvia...” (Copi y Cohen, 1953, p. 155). Ante la falta de argumentos lógicos con los cuales se puede obtener el mismo resultado, entra en juego el uso de las emociones como carta de salida para convencer y en este caso recibir dividendos. La implementación de esta falacia es el resultado de utilizar la persuasión puesto que es “un acto discursivo intencional encaminado a lograr una acción o una determinada línea de conducta en un destinatario [...]el propósito es siempre alcanzar algún fin establecido” (Díaz A, p 2). El ser humano que utiliza la falacia de apelación a la piedad, se muestra como digno de compasión y su contraparte, el receptor, en este caso los usuarios de transmilenio, están propensos y abiertos a dos tipos de sentimientos; complacencia, cuando brindan la colaboración dado que hay “una inducción al arrepentimiento y la creación de un complejo de culpa por la manipulación emocional” (Díaz, A p.3) o incomodidad de ver ciertas situaciones y no reaccionar ante ellas. La falacia “ad misericordiam” es ampliamente utilizada en la publicidad, la propaganda y la política.


Es interesante la cantidad de vendedores ambulantes y limosneros en el sistema de transporte, específicamente, 7 de cada 10 , que hacen uso del lenguaje en este sentido. Con la construcción de un discurso corto pero persuasivo y acompañado de  una apariencia que lo respalde logran resultados sorprendentes. Datos recogidos la policía metropolitana y divulgados por Caracol Radio señalan que este tipo de vendedores obtienen en promedio ingresos por 100.000 pesos, esto para los que venden algún tipo de producto. Por otro lado, el periódico Portafolio indica que las personas que piden dinero usando el argumento en mención logran una renta entre 80.000 y 180.000 pesos. El uso del lenguaje como método de persuasión y de trabajo  puede para este grupo de personas generar millones de pesos por año y sustento para sus familias. El uso de palabras compartidas como “amigos” o diminutivos  “amiguitos” el saludo, la despedida y verbos como ayudar, incomodar, colaborar, agradecer, bendecir, apoyar, entre otros son pieza clave dentro de sus alocuciones. Sin mencionar que al ser el país del “sagrado corazón” todo lo atribuido a la religión está presente en el 90% de los casos. Dios se lo pague o multiplique, Dios los bendiga o el señor merece la gloria es fundamental para llegar a tocar las fibras de los pasajeros y así lograr sus objetivos.




Asimismo, es importante resaltar que el uso de la falacia de apelación a la piedad es consecuente a factores socioeconómicos que han traído consigo el desempleo, dividiendo aún más la sociedad, puesto que “la falacia principal consiste en ignorar el verdadero significado de riqueza en economía política” ( Ruíz, A. pag 15). Esto se ha visto reflejado en el desempleo en Bogotá registrado hasta junio de 2017, en el cual se incrementó un 8,5% según el DANE. El uso de la argumentación se ha visto afectado por este factor, al “concentrar determinados efectos socioeconómicos a corto plazo para ciertos grupos, ignorando y menospreciando los efectos a largo plazo en la comunidad en general”( Ruíz, A. p.266), ya que se transmite al público palabras exactas con el trasfondo de sentir compasión por el vendedor y tener la necesidad de ayudar a la realidad que este relata, además de ser el receptor consciente de la situación económica del emisor y sentirse parte de esa realidad.

Realizado por: Daniela Tolosa, David Rojas y María José Jurado. 



Referencias. 






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1 comentario:

  1. Muy buen tema de reflexión, ya que es un hecho que vivimos en nuestra vida cotidiana; fueron de ayuda la mención de entidades como el DANE, ya que le agrega seriedad al documento. La gráfica esta muy pequeña y no se puede ver la información; por lo demás bien hecho.

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